Gran parte del comportamiento de los pingüinos se desarrolla a través de la observación y la interacción social o experiencias dentro de sus colonias. Algunos de los comportamientos aprendidos de los pingüinos incluyen la natación, el deslizamiento, el buceo, el cortejo, la comunicación vocal, la captura de alimentos, el amontonamiento y la migración.
Los pingüinos desarrollan muchos comportamientos que se aprenden, no instintivos; estos comportamientos emergen a través de la práctica y la observación. Los pingüinos aprenden a ser animales muy vocales y sociales dentro de sus colonias. Aprenden a hacer llamadas de contacto desde muy temprana edad. Las llamadas de contacto sirven como una especie de saludo estándar entre los pingüinos. Las llamadas de pantalla son llamadas únicas dirigidas a un individuo en la colonia y se usan entre compañeros, padres y descendientes. Las llamadas de pantalla también se pueden usar para reclamar la propiedad de un territorio.
Los pingüinos caminan despacio y no pueden volar. Un método que aprenden a usar para viajar más rápido fuera del agua es deslizarse a través del hielo sobre sus estómagos. Los pingüinos han sido vistos surfeando a través de las olas para volver a la costa. Este es probablemente otro comportamiento que aprenden a viajar a través del agua de manera rápida y fácil.
Algunas pantallas visuales que los pingüinos aprenden a realizar son inclinarse, mover la cabeza y temblar. Durante la temporada de apareamiento, los machos estiran sus aletas y cuellos y agitan sus cabezas de lado a lado. Cuando un hombre y una mujer se juntan para aparearse, hacen un baile de exhibición juntos. Los pingüinos a veces se inclinan para aliviar la tensión, y también aprenden a reunirse en grupos para mantenerse calientes.