Las plantas transgénicas proporcionan ventajas económicas al proporcionar una fuente de alimentos barata y abundante, pero pueden crear resistencia a los antibióticos y tener otras consecuencias para la salud. Las plantas transgénicas se denominan comúnmente organismos modificados genéticamente o OGM. Incluyen cultivos y hierbas que se cultivan y producen para el consumo humano y animal en todo el mundo en granjas y laboratorios.
Las plantas modificadas genéticamente, junto con los peces, las aves de corral y otros organismos con genes alterados, tienen su parte de beneficios e inconvenientes. Las plantas transgénicas, en muchos lugares, ofrecen una fuente de alimentos fácilmente disponible, barata y abundante, lo que les da una ventaja económica. Estas plantas también pueden modificarse para adaptarse a diferentes climas y condiciones de crecimiento, lo que las hace especialmente populares entre los agricultores con fincas de tamaño mediano a grande, ya que esas plantas hacen que sus suministros de cultivos sean más predecibles. De acuerdo con WebMD, los cultivos modificados genéticamente pueden complementarse con un contenido nutricional mejorado y pueden recibir alteraciones en el color y la textura para que se vean más atractivos. Sin embargo, las plantas transgénicas no están libres de problemas. Pueden introducir nuevos alérgenos y toxinas a los alimentos tradicionales y causar resistencia a los antibióticos al introducir nuevas cepas de bacterias y virus en la cadena alimentaria. Finalmente, las plantas transgénicas pueden permitir el crecimiento de súper malezas y plantear otros riesgos ambientales.