La comunicación informal facilita un entorno de colaboración, permitiendo que todos los involucrados en el proceso de comunicación tengan la oportunidad de expresar sus opiniones. La comunicación informal se lleva a cabo en oficinas, hogares y entornos sociales todos los días. Puede involucrar desde dos personas hasta un grupo grande y puede ocurrir de manera natural o ser invocada por los profesionales como una táctica de negociación para resolver disputas.
La comunicación informal actúa esencialmente como un sistema democrático a pequeña escala. Entre los individuos que participan en comunicaciones informales, el poder se comparte de manera equitativa entre los participantes, y rara vez hay una figura central, como un jefe, que dirige y dicta la conversación. La comunicación informal permite que el proceso de discusión tome un curso natural, sin tener que cumplir plazos estrictos ni seguir un patrón predeterminado de oradores. La comunicación informal se utiliza como una táctica de resolución de disputas en el campo legal, donde sirve como un método efectivo, en términos de finanzas y tiempos, para brindar a las partes en disputa la oportunidad de sentarse e intentar encontrar un acuerdo mutuamente satisfactorio sin tener que resolver Sus argumentos en la corte. La comunicación informal permite que los comunicantes aprendan unos de otros y estimula una discusión natural sin horarios, hojas de cálculo, blocs de notas y otras herramientas de comunicación formales y, a veces, intimidantes.