En su mayor parte, los psicólogos han dejado de asignar tipos de personalidad a las personas y en su lugar se centran en cinco rasgos de personalidad específicos: apertura, conciencia, extroversión, amabilidad y neuroticismo. Este es el conjunto de rasgos la esencia de quién es un individuo y en quién se convierte.
Las personas que tienen un bajo nivel de apertura prefieren la rutina, se mantienen alejados de las experiencias no probadas y, a menudo, eligen un paladar simple para comer. Aquellos que obtienen puntajes altos para la apertura buscan aventuras, tienden a saborear nuevas experiencias y disfrutan del arte más que sus contrapartes. La apertura es algo fluida, y las personas cambian a medida que envejecen. Un estudio de 2011 mostró que las personas que ingirieron hongos alucinógenos se volvieron más abiertos, y tales resultados fueron evidentes incluso un año después del consumo. Las personas que viven en la costa oeste de los Estados Unidos tienden a obtener la mayor apertura.
Las personas que obtienen una baja calificación de conciencia son más aventureras, espontáneas y descuidadas, mientras que las personas que tienen una alta cualidad tienden a ser planificadores disciplinados con un sentido del deber distinto.
La extroversión describe la forma en que una persona acumula energía. Cuando las personas son extrovertidas, ganan energía al estar cerca de grupos de otros, mientras que los introvertidos extraen energía de estar solo. La introversión no equivale a la timidez, ya que los introvertidos pueden ser tan sociales en una reunión como extrovertidos, pero prefieren las pequeñas reuniones y el tiempo a solas.