Las dos características utilizadas para clasificar las rocas metamórficas son la foliación y la línea. Estas rocas se identifican por la presencia de ciertos tipos de minerales y texturas específicas.
Las rocas metamórficas son aquellas formadas por otros tipos de rocas que han sido expuestas al calor, la presión y el tiempo, que las convierten en un tipo diferente de roca. Las rocas metamórficas se pueden formar a partir de rocas metamórficas sedimentarias, ígneas e incluso otras. La composición de las rocas, así como la temperatura y la cantidad de presión ejercidas sobre ellas, juegan un papel en el tipo de roca metamórfica que se forma. Por esta razón, las rocas metamórficas pueden adoptar todo tipo de colores y texturas. Sin embargo, la foliación y la línea son dos características comunes en las rocas metamórficas y se usan para ayudar a identificar y clasificar las rocas. Al estudiar las rocas metamórficas, los científicos pueden obtener información sobre las condiciones dentro de la Tierra durante el proceso metamórfico.
Foliación La foliación es una disposición de capas escamosas a lo largo de la roca que se rompen fácilmente. También conocida como escisión salada, esta característica se ve a menudo en rocas metamórficas de bajo grado. La foliación se produce cuando una presión desigual actúa sobre la roca madre y se acompaña de un cambio de temperatura. Es el resultado de la presión que solo actúa en una dirección. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las rocas metamórficas exhiben foliación, ni toda la foliación está presente de la misma manera. Algunos ejemplos de rocas metamórficas foliadas son pizarra, mica, esquisto y gneis.
Las rocas foliadas llevan el nombre del tipo de foliación que exhiben. Dado que las rocas no foliadas carecen de esta característica, en su lugar se llaman así por sus composiciones minerales. Ejemplos de rocas metamórficas no foliadas son mármol, cuarcita y hornfels.
Lineation La alineación es otra característica comúnmente vista en las rocas metamórficas. La línea de intersección es el tipo más común de línea que se observa en las rocas metamórficas. Esto se forma por la intersección de dos foliaciones, como la ropa de cama y la escisión o la escisión a una segunda escisión. La alineación puede ser paralela o perpendicular a las foliaciones. Esta función se debe principalmente a un cambio drástico en la presión y depende menos de los cambios de temperatura.
Tipos de metamorfismo El metamorfismo puede ocurrir de varias maneras. Sin embargo, los científicos han identificado tres procesos principales que conducen al metamorfismo: térmico, dinámico y metasomático. El metamorfismo térmico implica la alteración estructural y química de las rocas a través de la exposición al calor intenso. Una subcategoría de este tipo es el metamorfismo regional que cubre la roca en un área grande. Una segunda subcategoría es el metamorfismo de contacto, que se refiere al calentamiento a pequeña escala de una porción localizada de roca.
El metamorfismo dinámico, a veces denominado metamorfismo de entierro, no altera la composición química de la roca. En cambio, la presión extrema impuesta sobre la roca hace que cambie la estructura física. A medida que las rocas se entierran, el peso del material en la parte superior aumenta la presión ejercida sobre la roca, lo que lleva a un cambio físico.
El metamorfismo metetasomático se produce cuando algunos de los elementos de los minerales de roca se reemplazan por otros. Esto ocurre cuando los líquidos y los gases impregnan el lecho de roca durante el proceso de metamorfosis. La roca resultante ha sufrido cambios físicos y químicos.