El trueque de presas cazadas utilizado por las tribus inuit en el norte de Canadá es un ejemplo de una economía tradicional. También lo es la economía de los pastores de renos sami en el norte de Escandinavia. Ambos confían en las técnicas tradicionales de subsistencia como la fuerza impulsora de su actividad económica.
Una economía tradicional se basa en la costumbre establecida para definir sus protocolos de trueque. Cazan o producen solo lo que pueden consumir y lo que necesitan para comerciar por otras necesidades. No hay superávit. El avance social tiende a ser estático. Las economías tradicionales solo pueden sostener pequeños grupos de personas. Las economías tradicionales pueden evolucionar hacia economías de mercado o de comando.