Varios factores influyen en la probabilidad de que las personas tomen riesgos, incluida la genética, el momento de la vida, como la adolescencia, el nivel de felicidad e incluso la exposición o la falta de exposición a la luz solar. las personas asumen riesgos de muchos tipos , como las inversiones financieras y el paracaidismo. Algunas personas pasan por períodos de toma de riesgos en ciertos momentos de sus vidas, mientras que otras tienen códigos genéticos que hacen que la toma de riesgos a largo plazo sea probable.
Algunos motivos para asumir riesgos se derivan de las condiciones ambientales. La época del año y la cantidad de luz solar influyen en la probabilidad de acciones riesgosas. Las largas horas de luz y una mayor exposición a la luz solar, según los investigadores, conducen a comportamientos más riesgosos. Las personas, particularmente los habitantes de los países del norte, participan en actividades riesgosas durante los meses de primavera y verano. En invierno, sin embargo, la gente adopta comportamientos conservadores. Ciertos períodos de vida, principalmente la adolescencia, estimulan conductas de riesgo. Los adolescentes y adolescentes, por ejemplo, participan en actividades más riesgosas que los niños pequeños y adultos. Para algunos, sin embargo, tomar riesgos proviene de la composición genética. Independientemente de la edad, las personas con un gen llamado DRD4, que regula las hormonas que controlan los sentimientos de recompensa, asumen una gran cantidad de riesgos. La investigación también indica que las rutinas diarias de sueño también influyen en la toma de riesgos. Las personas que van a dormir tarde (y más que las mujeres que los hombres) participan en actividades impulsivas. La falta de sueño fomenta conductas de riesgo, mientras que dormir lo suficiente y levantarse temprano reduce la probabilidad de correr riesgos.