Cinco de las características de una civilización son la alfabetización, la arquitectura pública, la riqueza pública, las profesiones y una jerarquía social. La existencia de centros urbanos, infraestructura y viviendas permanentes también se consideran características definitorias de una civilización. Existen muchas otras características definitorias, y aunque el tipo y el número pueden depender de la fuente consultada, una civilización a menudo se define más ampliamente como una sociedad estatal compleja.
Carroll Quigley definió la civilización como "una sociedad productora con un instrumento de expansión" en 1979. El "instrumento de expansión" se refiere a una variedad de organizaciones sociales que, en combinación, pueden satisfacer las necesidades humanas básicas. Quigley también agregó que una sociedad se convierte en una civilización cuando desarrolla un sistema de escritura y una vida urbana.
Samuel P. Huntington, en su libro de 1993 "The Clash of Civilizations", definió una civilización como "la más alta agrupación cultural" y la "identidad cultural más amplia" de la que son capaces las personas. Las características definitorias de Huntington incluyen elementos objetivos comunes, como la historia, el idioma y la religión, junto con la autoidentificación subjetiva de las personas que conforman la civilización.
Albert Schweitzer, en su libro "La filosofía de las civilizaciones", describe la idea de que existen opiniones duales dentro de la sociedad con respecto a las civilizaciones: una en la que una civilización es vista como un concepto puramente material y la otra en la que se ve una civilización Tanto material como ético. Afirmó que la crisis mundial de entonces, en 1923, fue el resultado de que la humanidad perdió de vista el concepto ético de civilización.