El ácido succínico se encuentra en los tejidos de casi todos los animales y plantas, donde es una parte clave del proceso metabólico. Se utiliza como aditivo para regular la acidez en alimentos y medicamentos tanto humanos como animales. Se extrae del ámbar, se fabrica sintéticamente o se realiza mediante un proceso de fermentación. El nombre de ácido succínico proviene del latín succinum, que significa ámbar, y también se lo conoció como "espíritu del ámbar". Como suplemento, el ácido succínico se usa para tratar la artritis y otros dolores, así como los sofocos y la irritabilidad asociados con la menopausia. Las propiedades analgésicas del ácido succínico se encuentran detrás de la antigua práctica de dejar que los bebés con dientes salgan o mastiquen collares de ámbar. Sin embargo, no hay estudios científicos que prueben que la práctica funcione, y los collares son un peligro de asfixia, según Science-Based Medicine.
¿Cuáles son algunos usos para el ácido succínico?
El ácido succínico, o succinato, se usa para hacer resinas, lacas y otros recubrimientos porque su uso mejora la dureza y flexibilidad de estas sustancias y acorta los tiempos de secado en comparación con productos similares que usan productos petroquímicos. Se utiliza en la fabricación de colorantes, adhesivos y selladores, en fotografía, en la fabricación de algunos poliésteres y en la fabricación de ésteres utilizados en algunos perfumes.