Los problemas que hacen que el agua no sea potable incluyen la contaminación por escombros, microbios, químicos tóxicos y radiación. El agua potable que contiene estos contaminantes puede causar diarrea, enfermedades y la muerte.
Los desechos, como la suciedad y partes de plantas y animales en descomposición, afectan el aspecto del agua y hacen que su olor y sabor sean desagradables, pero no siempre hacen que sea peligroso beberlos.
Las bacterias, especialmente las bacterias coliformes que viven en los intestinos de los animales, pueden indicar la presencia de patógenos que causan enfermedades de transmisión fecal como el cólera y la fiebre tifoidea. Los virus en el agua causan hepatitis A, meningitis viral y fiebre del dengue. Los gusanos y otros parásitos pueden causar giardia y anquilostomiasis. La ameba Acanthamoeba causa queratitis en el ojo, lo que puede conducir a la ceguera.
Los químicos tóxicos en el agua incluyen químicos naturales y artificiales. Ingerirlos puede provocar envenenamiento por plomo, mercurio, arsénico y benceno. El nitrato puede afectar la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a las células de todo el cuerpo, lo que resulta en cianosis y muerte, especialmente en bebés.
Las sustancias químicas radiactivas, como el radón y el plutonio en el agua, pueden causar cáncer. Los hijos de personas que beben el agua contaminada pueden nacer con defectos de nacimiento y problemas de salud.