La frase "Gracia de Dios" se interpreta con más frecuencia como el favor no merecido de Dios, particularmente en el Nuevo Testamento. Por la gracia de Dios, a los humanos se les da el regalo de la salvación, no a través de ningún Acción por su parte.
La palabra más comúnmente traducida como "gracia" en el Nuevo Testamento es la palabra griega "charis", que puede tener varios significados, incluyendo "favor" o "buena voluntad". Los escritores del Nuevo Testamento, San Pablo en particular, creían que el hombre no podía obtener la salvación a través de sus propias acciones: "Por cuanto todos pecaron, y no alcanzan la gloria de Dios". Sin embargo, a pesar del pecado inherente del hombre, es redimido por la gracia de Dios y recibe el regalo de la vida eterna. La frase "allá por la gracia de Dios" se usa a veces sin ninguna connotación religiosa literal para señalar que la desgracia puede ocurrirle a cualquiera, y que aquellos que han evitado una caída particular deben ser agradecidos y arrepentidos.