La expansión del Imperio Romano fue de alrededor del 60 aC. hasta la disolución del Imperio en 476 d. C., y muchas de las innovaciones que los romanos trajeron a otros países se vieron impulsadas en parte por la disminución de los recursos en el área de Roma. A medida que la gente de Roma consumía leña y los granos se hacían más escasos debido al aumento de la población, fue la interacción entre humanos y medio ambiente la que llevó a las decisiones políticas y militares para conquistar otras tierras.
La ubicación de Roma en el río Tíber es un ejemplo de interacción entre humanos y medio ambiente. El río proporcionó una fuente de transporte para los bienes requeridos por el antiguo Imperio Romano, y continúa siendo una fuente de transporte para la Roma moderna. Sin embargo, la sedimentación del río a lo largo de los siglos ha significado que el río ya no sea navegable, excepto en la propia Roma.
Hay muchos ejemplos de cómo los humanos se vieron afectados y se vieron afectados por su entorno en Roma:
- Roma agotó y se quedó sin suministros locales de metales preciosos y otros, por lo que a menudo necesitaban importarlos de las tierras conquistadas al norte.
- Los antiguos romanos construyeron acueductos para transportar agua y una red de carreteras sobre la tierra; muchos de estos todavía están en uso.
- La producción de plomo y otras actividades mineras causaron degradación ambiental. Se ha encontrado plomo en la capa de hielo de Groenlandia, que se cree que data de la antigua época romana.