Un ejemplo de crítica constructiva es: "Noté que últimamente hemos tenido algunos problemas para comunicarnos. ¿Qué podemos hacer para mejorar esto?" Un ejemplo de crítica no constructiva es: "No te has estado comunicando conmigo últimamente. ¿Cuál es tu problema?"
La crítica constructiva se logra cuando la crítica se da de una manera que instruye cortésmente a la persona que está siendo criticada sobre cómo lograr mejor la meta o tarea. El objetivo principal de la crítica constructiva es mejorar a una persona o grupo, no derribar la confianza o la autoestima.
La crítica constructiva es algo bueno cuando se hace correctamente, de acuerdo con el profesor de comunicación del habla Gregg Walker, de la Universidad Estatal de Oregón. Se debe hacer con una buena actitud, intenciones adecuadas y un poco de tacto. Del mismo modo, la persona que recibe la crítica debe estar abierta a comentarios y críticas constructivas a cambio.
La crítica constructiva, particularmente en el contexto de un lugar de trabajo, se da y recibe mejor cuando no es demasiado directa o personal, de acuerdo con Target Training. Si las críticas se consideran culpables, la persona que recibe la crítica puede ponerse a la defensiva, en lugar de crecer a partir de los consejos.
Cada situación de crítica constructiva debe manejarse de forma individual, ya que cada persona reacciona de manera diferente y requiere un cierto nivel de sensibilidad. Antes de hacer una crítica constructiva, uno debe asegurarse de hablar con la persona sobre el tema en cuestión y usar métodos que beneficien a su personalidad en particular.