El moco es producido por las membranas especializadas que recubren los órganos de las cavidades corporales que se abren hacia el exterior, como las que se encuentran en los sistemas respiratorio, digestivo y reproductor. Aunque el moco es una secreción es más conocido por su presencia en las cavidades nasales y orales, también se produce en el estómago, el esófago y en las vesículas seminales masculinas. La secreción de moco desempeña un papel vital como medio de protección y transporte en las funciones internas de los sistemas digestivo, respiratorio y reproductivo de los humanos y otros vertebrados.
El moco producido en el sistema respiratorio humano protege los pulmones al limitar las partículas extrañas que los alcanzan. El moco en los conductos nasales y de las vías respiratorias atrapa partículas pequeñas, como polvo, alérgenos y bacterias, antes de que puedan ingresar al sistema. La flema se refiere a un tipo específico de moco que normalmente se limita al tracto respiratorio. El moco nasal es producido por los tejidos que recubren los órganos de la vía aérea, como los que recubren la tráquea y los bronquiolos. Una producción continua de moco nasal hidrata el aire inhalado y también evita que las vías respiratorias y los tejidos nasales se sequen.
En el sistema digestivo humano, el moco evita que las paredes celulares del estómago se dañen por la alta concentración de ácido presente en el órgano. El esófago hace uso de la mucosidad como lubricante para ayudar en el paso de los alimentos en su camino hacia el estómago.