Un dilema ético que se puede usar en el aula presenta un escenario en el que un estudiante es inteligente, pero no un buen examinador. El estudiante entiende conceptos matemáticos y se enfrenta a una prueba en la que Está nervioso e incapaz de concentrarse. Ella ha sido capaz de responder a preguntas similares antes. Ella puede ver la respuesta de su amiga en la prueba, así que copia la respuesta y luego resuelve el problema desde allí.
El escenario presenta la pregunta preguntando si lo que hizo la estudiante fue correcto y si debería confesar. Cuando se les pregunta por qué hacen trampa los estudiantes, las respuestas más comunes son que nadie se siente lastimado, el maestro tiene la culpa, el trabajo no tiene sentido o los estudiantes sienten la necesidad de complacer a sus familias. Los estudiantes pueden negar la responsabilidad, o tener miedo al fracaso. La discusión en el aula puede preguntar si alguna de estas razones es más o menos correcta y por qué se sienten así.
En otro escenario, un amigo de su padre le ofrece un trabajo de verano a un adolescente. Aprende que su salario es el doble que el de otros empleados que han estado allí por mucho tiempo. Cuando él le habla a su compañero de trabajo acerca de esto, ella le pide que no le diga al jefe, ya que eso podría causarle problemas a ella y a los demás, y ella tiene una familia que mantener. El escenario le pregunta si debe tratar de plantear el problema a su jefe o continuar sabiendo que los salarios se distribuyen de manera injusta.