El análisis de equilibrio permite a los gerentes determinar mejor cuáles deberían ser sus objetivos, pero esto puede hacer que no consideren otros factores. Es un componente central de la toma de decisiones comerciales. Sin embargo, debe utilizarse con precaución.
El análisis de equilibrio es crucial para las personas que están considerando lanzar nuevos productos. Si se usa correctamente, puede ayudar a las empresas a determinar qué productos desarrollar y cuáles crear. Realizar un análisis de punto de equilibrio obliga a las personas a calcular sus costos con la mayor precisión posible, lo que puede conducir a información útil.
Sin embargo, el análisis de punto de equilibrio solo mide algunos factores involucrados en la venta de un producto, y estos números deben estimarse. En algunos casos, las personas pueden subestimar los costos fijos o no tomar en cuenta los factores que pueden afectar el costo variable. Críticamente, el análisis de punto de equilibrio requiere que las empresas determinen qué precio funcionará mejor, lo cual es inherentemente difícil.
Un análisis de equilibrio también puede impedir que las empresas se arriesguen. Las pérdidas son una parte del negocio, y las compañías pueden no darse cuenta de ciertos beneficios que puede generar al comercializar un producto en particular. Por ejemplo, un producto que probablemente genere zumbidos de boca en boca podría venderse mejor de lo que sugieren los análisis, y vale la pena absorber algunas pequeñas pérdidas por los productos que obtienen el nombre y el logotipo de una marca.