Para ayudar a los adolescentes a dormir entre nueve y diez horas cada noche, asegúrese de evitar la música alta y las actividades estimulantes en las noches para ayudar a la mente a relajarse. Otras sugerencias útiles incluyen reducir la ingesta de cafeína de los adolescentes, especialmente durante las primeras horas de la noche, y asegurar que el ejercicio sea parte de la rutina diaria de los adolescentes. La configuración también es importante, y proporcionar un ambiente relajante para dormir puede hacer una gran diferencia.
Establecer la misma rutina nocturna ayuda al cerebro a aceptar que es hora de dormir. Esta rutina puede incluir tomar una bebida láctea caliente o tomar un baño o una ducha. Tener un tiempo establecido para comenzar a calmarse le da a la mente la oportunidad de reducir o eliminar los pensamientos de carreras que a menudo lo mantienen despierto mucho tiempo después de la hora de acostarse apropiada.
La oscuridad también es útil. Los adolescentes deben evitar las pantallas brillantes antes de dormir, y deben dormir en una habitación que tenga cortinas que corten la luz y no contengan luces intermitentes. Trate de asegurarse de que la habitación sea apta para dormir proporcionando una cama cómoda, almohadas y temperatura ambiente. La paz y la tranquilidad son esenciales.
Los consejos adicionales incluyen enseñar a los adolescentes sobre los efectos negativos de la falta de sueño y hablar con ellos para asegurarse de que no estén preocupados por ningún problema subyacente, como la intimidación o las preocupaciones sobre el trabajo escolar. Hacer que los adolescentes sepan que alguien está ahí para ayudarlos en todo momento ayuda a promover sentimientos de seguridad y felicidad, lo que puede hacer que sea más fácil conciliar el sueño.