Las principales fuentes de motivación propuestas por los psicólogos son los instintos, los impulsos, las necesidades y los niveles de activación. Estas son las fuerzas mentales intrínsecas que hacen que una persona actúe.
Los instintos son patrones de comportamiento innato. Muchos psicólogos sugieren que estamos motivados a actuar con estos patrones humanos fijos y básicos. Por otro lado, también estamos sujetos a impulsos biológicos que impulsan la acción. Por ejemplo, nuestra necesidad biológica de alimentos nos impulsará a comer. La teoría de los impulsos destaca nuestra necesidad biológica de cumplir con estos impulsos. La teoría de la excitación se basa en la idea de que las personas estarán motivadas para actuar de una manera que produzca dentro de ellas un nivel óptimo de excitación. Mientras que las personas con altas necesidades de excitación pueden ser motivadas para participar en comportamientos altamente estimulantes, las personas con bajas necesidades de excitación a menudo se sienten atraídas por actividades más moderadas.
La motivación puede provenir de una fuente intrínseca o extrínseca. La motivación intrínseca es provocada únicamente por el deseo de alcanzar la gratificación personal a través de un sentido de logro. La motivación extrínseca implica influencias externas y está estrechamente relacionada con el deseo de obtener un premio o reconocimiento. Como los motivos no se pueden ver, inferimos que existen porque observamos ciertos comportamientos.