El Período Triásico se caracteriza por dos eventos geológicos principales. La primera fue la creación y posterior ruptura del supercontinente Pangea. El segundo fue la evolución de los dinosaurios y mamíferos.
Al comienzo del Período Triásico, los continentes se unieron para formar un gran supercontinente llamado Pangea. Pangea tenía forma de C y estaba ubicada en el ecuador. Durante este tiempo, no hubo casquetes de hielo en los polos norte o sur, lo que provocó un clima cálido y seco. Al final del período triásico, Pangea comenzó a separarse y dividirse en dos masas de tierra: Gondwana y Laurasia.
Desde mediados del período triásico tardío, los dinosaurios y los mamíferos evolucionaron. Los reptiles grandes llamados Therapsids fueron dominantes durante este período, y finalmente fueron reemplazados por Archosaurs. Los archosaurios evolucionaron hasta convertirse en bípedos, marcando el comienzo de los dinosaurios. También estuvieron presentes reptiles acuáticos y pequeños reptiles parecidos a pájaros.
La primera observación de mamíferos ocurrió a fines del Período Triásico. El Eozostrodon, un mamífero con aspecto de musaraña, tenía aproximadamente 3 pies de largo. Todavía hay mucho que se desconoce acerca de los mamíferos tempranos, pero es evidente que tenían pelaje y tres huesos en las orejas, y produjeron leche para alimentar a sus crías. El Período Triásico termina con la extinción masiva Triásico-Jurásico que afectó ampliamente la vida oceánica y dio paso a la era Jurásica dominada por los dinosaurios.