La batalla del mar de Coral fue importante porque frustró el intento japonés de invadir Port Moresby en Nueva Guinea, privándolos de una zona segura entre Japón y Australia. Según History.com, también fue la primera batalla aire-mar en la historia en la que los aviones lanzados desde portaaviones en el mar desempeñaron un papel vital.
Debido a los intentos exitosos de romper el código japonés, los Aliados tuvieron una advertencia anticipada de la invasión japonesa de Port Moresby. Después de dañar una base de hidroaviones en Tulagi en las Islas Salomón, una flota aliada dirigida por el contraalmirante Frank J. Fletcher se precipitó hacia el Mar de Coral. Un avión japonés dañó y hundió al destructor USS Sims y dañó al petrolero USS Neosho. A su vez, los aviones aliados hundieron al portaaviones japonés Shoho y dañaron gravemente al portaaviones Shokaku. La aerolínea estadounidense USS Lexington fue golpeada repetidamente por bombas y torpedos, se incendió y se hundió para evitar la captura. Finalmente, el comandante japonés ordenó la retirada de la flota invasora.
Ambas partes sufrieron grandes pérdidas. Además de los barcos hundidos y dañados, 543 fuerzas aliadas y 1.074 fuerzas japonesas murieron. El esfuerzo Aliado bloqueó la ofensiva de los japoneses en el Pacífico Sur e impactó el resultado de la posterior Batalla de Midway, que dañó significativamente la flota de portaaviones japoneses e hizo que la iniciativa de guerra pasara a los estadounidenses.