En 1926, el dictador de la Unión Soviética Joseph Stalin envió a un experto en cría de animales a Guinea para intentar crear una especie que era mitad hombre y mitad mono. Stalin soñaba con crear un ejército de soldados interespecies. Los intentos del experto de impregnar a las chimpancés con esperma humano y de inseminar a las mujeres con el esperma de los monos fracasaron.
Stalin imaginó un ejército servil pero poderoso de hombres simios que eran insensibles al dolor e indiferentes con respecto a los alimentos que consumían. Stalin planeaba usar a los hombres monos tanto en sus campañas militares como en el trabajo industrial en la URSS.
Stalin reclutó al experto en cría de animales Ilya Ivanov, un científico ruso y el creador del primer centro de cría artificial para caballos de carrera, para realizar la investigación. Al principio, Ivanov capturó chimpancés e intentó impregnarlos con esperma humano, un intento que no tuvo éxito. Ivanov intentó reclutar mujeres locales en Guinea para la impregnación por el semen de monos, pero ninguna de las mujeres estuvo de acuerdo, por lo que trasladó su investigación a Rusia, donde intentó impregnar al menos a cinco mujeres con semen de simio. El experimento fue un fracaso.
Después de que la investigación resultó infructuosa, el gobierno exilió a Ivanov de la Unión Soviética. Enviado al exilio en Kazajstán por un período de cinco años, Ivanov murió poco después. Los rumores de experimentos continuos por parte de los soviéticos para crear una raza híbrida humano-mono persistieron hasta al menos la década de 1950.
