La temperatura de un refrigerador debe mantenerse entre 34 grados Fahrenheit y 40 grados Fahrenheit. Si la temperatura desciende a 32 grados Fahrenheit o menos, los alimentos pueden congelarse y comenzar a deteriorarse rápidamente. Los refrigeradores sin escarcha ofrecen la distribución más uniforme del aire frío.
Aunque la temperatura de un refrigerador no matará los patógenos transmitidos por los alimentos, como la salmonela o la E. coli, puede retardar el crecimiento de bacterias ya presentes en los alimentos. Cuanto más fría es la temperatura, más lentamente crecen estos microorganismos peligrosos. La FDA recomienda colocar comestibles perecederos en el refrigerador o congelador dentro de las dos horas de la compra. Los termómetros para refrigeradores ayudan a controlar y mantener la temperatura adecuada.
