La ventaja número uno de los inodoros suspendidos en la pared es la cantidad de espacio que las unidades ahorran sobre los modelos de piso, pero la mayor desventaja es el mantenimiento costoso que requieren. Los inodoros suspendidos también mejoran el interior diseño de un baño mediante la eliminación de accesorios indeseables y salidas de agua.
Los inodoros suspendidos a menudo se construyen más pequeños que sus contrapartes montados en el piso y no requieren salidas de agua externas. Esto permite a los propietarios instalar un inodoro en los baños más pequeños de la casa sin ocupar demasiado espacio, dejando espacio para proyectos adicionales de diseño de interiores.
El costo de un inodoro suspendido se acumula con el tiempo como resultado de las inevitables averías. La presión infligida en la pared hace que el sistema de soporte que sujeta el inodoro a la pared falle con el tiempo, lo que eventualmente lo suelta de la pared. El trabajo de reconstruir la pared lo suficientemente bien como para sostener el inodoro una vez más requiere la ayuda de un profesional, y como es probable que el daño se repita, los costos de mantenimiento pueden superar los beneficios de los inodoros suspendidos para algunos propietarios. Además de separarse de la pared, es más probable que se filtren los inodoros suspendidos en la pared que los montados en el piso, lo que puede generar más costos si la fuga requiere reparaciones profesionales.
