La línea lateral de una percha le permite detectar las vibraciones causadas por los depredadores que lo amenazan, como los halcones, y la presa que podría querer comer, como los pececillos. La línea lateral también ayuda a la perca a detectar cambios en la corriente y en la presión del agua.
Las vibraciones y los cambios son detectados por receptores llamados neuromasts, que se encuentran en los huesos de la cabeza del pez, en los canales corporales y en un canal que corre a lo largo del costado del cuerpo. Los neuromas, que están interconectados, se encuentran debajo de las escamas de la perca pero acceden al exterior del pez a través de poros especiales.