Estudiar a los niños ayuda a aprender más sobre ellos. Ayuda a entender cómo interactuar con los niños. Estudiar niños mejora la comprensión de las personas porque todos fueron niños, y ayuda a apreciar el desarrollo a lo largo de la vida. También permite a la sociedad diferenciar entre lo que es normal y lo contrario.
Es esencial estudiar a los niños para explicar y comprender algunos de los cambios observados a medida que crecen desde recién nacidos hasta adultos. Proporciona un conocimiento de fondo y una visión de cómo las personas se desarrollan a lo largo de la vida. Saber cómo piensan y cómo se sienten los niños, y por qué se comportan de la manera en que lo hacen, ayuda a las personas que los cuidan a tomar mejores decisiones sobre cómo responder y les ayuda a identificar formas adecuadas de interactuar con ellos.
Comprender las etapas del crecimiento ayuda a los padres a ser pacientes con las cosas que hacen los niños. Al darse cuenta de que ellos mismos han pasado por las mismas etapas de la vida, los padres se identifican con sus hijos. Estudiar a los niños ayuda a predecir qué esperar de ellos. También ayuda a los padres a responder a las diferencias de los niños individuales. De manera similar, los padres pueden detectar cualquier comportamiento o carácter que sea anormal y, si es necesario, buscar la intervención en las etapas iniciales.