Bulldog inglés y bulldog británico son dos nombres para la misma raza de perro, que se llama apropiadamente bulldog, por lo que no hay diferencia entre ellos. Según Bulldogs World, algunas personas usan la calificación "inglés" o "británica" para ayudar a los no iniciados a diferenciar entre los bulldogs y otros toros, como los mastines y los terriers.
La National Kennel Association reconoce al bulldog estadounidense como una raza separada, y hay diferencias entre él y el bulldog inglés. Daily Puppy señala que los bulldogs estadounidenses son más altos y más musculosos. Los bulldogs ingleses tienen un promedio de 40 a 50 libras, mientras que los bulldogs estadounidenses pesan entre 85 y 105 libras. Además, los bulldogs estadounidenses tienen patas más largas y estructuras más elegantes. Cabe señalar que el American Kennel Club no considera que el bulldog estadounidense sea una raza distinta.
Los bulldogs se criaron originalmente en Inglaterra como animales de granja, y se usaron en un vicioso deporte llamado bullbaiting en el que los perros mordían la nariz de los toros y los sacudían. Aunque se pensaba que el bullbaiting mejoraba la carne de los toros, se convirtió en una fuente de entretenimiento tanto como una herramienta agrícola. Las características físicas de los bulldogs, como el ancho del cuerpo, la musculatura y las mandíbulas fuertes, combinadas con la agresividad incorporada, las convirtieron en una opción ideal para esta práctica brutal.
Los criadores de bulldog modernos se centran en el temperamento. Tras una prohibición de 1835 sobre el bullbaiting, señala DogTime, los criadores dejaron de criar perros agresivos y seleccionaron solo animales apacibles en su lugar. Como resultado, los bulldogs de hoy tienen la reputación de ser animales amigables, gentiles y cariñosos. Sin embargo, las características físicas distintas criadas en bulldogs permanecen relativamente inalteradas. Como resultado, los bulldogs sufren una variedad de problemas de salud.