El instinto, o comportamiento innato, es una acción que es impulsiva o inmediata basada en un desencadenante o circunstancia particular. El comportamiento aprendido es una acción que alguien aprende o desarrolla con el tiempo a través de la observación, la educación, la capacitación o la experiencia. Muchos científicos creen que la mayoría de los comportamientos humanos son el resultado de cierto nivel de instinto y comportamiento aprendido.
Los bebés arrullando, chupando y llorando por la comida o los cambios de pañales son ejemplos de comportamientos innatos. Los recién nacidos a menudo salen del útero llorando; por lo tanto, esta respuesta al hambre, el miedo o la incomodidad está programada. Las acciones corporales básicas, como masticar, tragar o reaccionar ante el dolor físico también son instintivas. Encogerse y cerrar los ojos son comportamientos defensivos innatos en respuesta a alguien que lanza un puñetazo. Sin embargo, los boxeadores profesionales y los artistas marciales mejoran su capacidad de respuesta al entrenarse para reaccionar más rápidamente ante tales amenazas físicas.
Las conductas aprendidas ocurren cuando alguien desarrolla nuevas habilidades o mejora una habilidad que ya puede existir de manera instintiva. Los atletas profesionales aprenden a realizar acciones basadas en deportes en los niveles máximos a través de la práctica y el desarrollo de atributos físicos útiles. Los comportamientos aprendidos a menudo se desarrollan a través de la repetición. Los padres y administradores intentan motivar conductas deseables recompensando ciertas acciones e implementando consecuencias por acciones no deseadas.