El tamaño de un quiste aracnoideo varía de persona a persona. Algunos quistes son lo suficientemente pequeños como para que no afecten el tejido circundante y no causen síntomas. De hecho, en algunos casos, ni siquiera requieren tratamiento, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.
Hay dos tipos de quistes aracnoideos. Los quistes aracnoideos primarios están presentes al nacer y se forman durante las primeras semanas de gestación. Los quistes aracnoideos secundarios se desarrollan como resultado de una lesión, tumores cerebrales, meningitis o como una complicación de la cirugía cerebral, afirma el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.
El tratamiento para los quistes aracnoideos varía según el tamaño y la ubicación del quiste. Si el quiste es lo suficientemente grande como para justificar la acción, los médicos usan técnicas mínimamente invasivas para extirpar quirúrgicamente las membranas del quiste o abrir y drenar el quiste. Sin tratamiento, los quistes aracnoideos pueden causar un daño neurológico permanente grave si el quiste lesiona el cerebro o la médula espinal, según lo informado por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.
