Los gatos a menudo representan poder y creatividad en asuntos espirituales, aunque su significado puede variar ampliamente dependiendo de la cultura. Algunas culturas han visto a los gatos como espíritus malignos que representan demonios u otras fuerzas siniestras. >
En Europa y las Américas, los cristianos consideraron que los gatos están aliados con el diablo. Esto fue probablemente porque los gatos pueden ser sigilosos e independientes, así como su tendencia a ser nocturnos. La gente a menudo los asociaba con la brujería. Algunas personas incluso creían que las brujas podían convertirse en gatos. Supuestamente, las brujas podrían hacer que los gatos cumplan sus órdenes, incluso buscar los ingredientes necesarios para los hechizos o dejar objetos mágicos dañinos en las casas de otras personas.
Los gatos a menudo tienen un papel opuesto en la cultura japonesa. El folklore budista dice que los gatos proporcionan un lugar temporal para que almas altamente espirituales descansen en sus viajes. Algunas creencias culturales consideran a los gatos como portadores de armonía, riqueza y felicidad.
Muchas creencias espirituales de todo el mundo ven a los gatos como mensajeros, capaces de cruzar del mundo de los vivos al mundo de los espíritus, devolver la magia y la sabiduría. Algunas personas creen que los ángeles toman la forma de gatos para entregar mensajes o velar por la gente. Otra creencia es que los gatos son psíquicos y pueden predecir el futuro.