En general, se recomienda a los pacientes diabéticos que mantengan los niveles de A1C por debajo del 7 por ciento porque un buen control de la glucosa en la sangre disminuye el riesgo de desarrollar complicaciones por la enfermedad. La diabetes se diagnostica cuando los niveles de A1C alcanzan el 6.5 por ciento o más, según WebMD.
Algunos pacientes, especialmente si son susceptibles a la hipoglucemia o tienen una esperanza de vida limitada, tienen niveles de A1C objetivo superiores al 7 por ciento. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, los pacientes con diabetes deben someterse a pruebas de niveles de A1C de dos a cuatro veces por año. Las pruebas regulares permiten a los médicos responder rápidamente a los niveles elevados de azúcar en la sangre, manteniendo el riesgo de complicaciones bajo control.