Una luz de neón que está completamente llena de gas de neón emite un tono rojo anaranjado brillante. Los diversos colores producidos por otras luces de neón se deben a una mezcla de otros elementos químicos, como el argón, Helio, criptón, xenón y mercurio.
Una de las aplicaciones más conocidas del neón es la publicidad, donde las luces de neón se incorporan en las carteleras. Tradicionalmente, las luces o señales de neón se fabrican con tubos de plástico o vidrio que se llenan con gas de neón a baja presión. Luego se inducen eléctricamente los tubos donde los electrones de alta energía bombardean los átomos de neón para producir la característica emisión roja-naranja. En los tiempos modernos, las luces de neón se hacen utilizando diversos elementos. Los colores correspondientes a las luces de neón llenas de xenón, helio, argón, criptón y vapor de mercurio son gris o azul gris, naranja blanco, lavanda, gris-verde y azul claro, respectivamente.