El agua en movimiento es el agente erosivo más importante. La lluvia, las olas, los arroyos y los ríos erosionan la tierra mucho más rápidamente que otros agentes erosivos, como el viento y los glaciares.
La erosión del agua crea barrancos y valles, acantilados marinos, arcos de piedra natural, lechos de ríos trenzados y deltas. También transforma continuamente las líneas de costa. Uno de los resultados más reconocibles de la erosión hídrica es el Gran Cañón, que fue excavado lentamente por el río Colorado durante más de 6 millones de años.
El agua no solo es una poderosa fuerza de erosión, sino que también cubre el 70 por ciento del planeta. Junto con la cantidad de tierra que recibe lluvias regulares, el agua entra en contacto con más tierra que otras fuerzas de erosión.