Los humanos primitivos, o Homo sapiens, son anatómicamente las mismas especies que los humanos modernos. Nacieron hace unos 200.000 años en África. Los primeros humanos se originaron en las zonas costeras de África central oriental.
La humanidad primitiva consistía en grupos de cazadores-recolectores que podían moverse con relativa facilidad. Los antiguos Homo sapiens eran diferentes de otros miembros del género "Homo", como el Homo erectus y los neandertales, con sus frentes más grandes empujadas hacia adelante para hacer espacio para un cerebro más grande y su estructura esquelética más ligera y menos poderosa. Todos los Homo sapiens evolucionaron de la misma mujer, a la que se hace referencia como "la Eva mitocondrial". Todos los humanos modernos reciben de ella su ADN mitocondrial. Se puede rastrear de forma matrilínea, desde la madre hasta la madre y la madre, y así sucesivamente, hasta llegar a Eva.