Las pruebas de inteligencia, o cociente de inteligencia, pueden tener un sesgo cultural porque miden las funciones cognitivas a través de los estándares occidentales sin tener en cuenta los diferentes valores y creencias que otras culturas alrededor del mundo utilizan para medir la inteligencia. En los Estados Unidos, por ejemplo, la inteligencia se mide en términos de capacidad para participar en debates ilustrados y comprender categorías.
Mientras que las percepciones occidentales de la inteligencia descansan en la lógica y la categorización, los europeos miden la inteligencia a través de la capacidad de los ciudadanos para realizar sus roles sociales y percibir acciones y comportamientos que contradicen las normas sociales. En las naciones asiáticas, los niveles de inteligencia se correlacionan con respeto; Las personas que muestran altos niveles de empatía y respeto por otras personas, en las tradiciones orientales, tienen el más alto nivel de inteligencia.