Cuando aparece un disco abultado en una prueba de imágenes de resonancia magnética, o IRM, el disco sobresale de su lugar habitual entre las vértebras, según el Instituto de la Espina Láser. Se parece a una hamburguesa que sobresale más allá de los bordes de su pan, explica la Clínica Mayo.
Los discos abultados son comunes y, por lo general, no muestran síntomas, afirma el Laser Spine Institute. Son parte del proceso de envejecimiento típico. El exterior de un disco se debilita y se empuja hacia afuera por la presión del interior del disco. Sin embargo, si la protuberancia empuja un nervio, se produce dolor.
Si el disco abultado está en la parte inferior de la espalda, el dolor a menudo se extiende a las caderas, glúteos, piernas y pies, explica el Instituto de la espina láser. Con los discos del cuello, el dolor a veces llega hasta los dedos.