La mayoría de las personas que se someten a una cirugía de cataratas tienen una lente intraocular implantada en el ojo en el momento de la operación, lo que evita la necesidad de usar lentes de contacto después del procedimiento. Sin embargo, las lentes intraoculares no siempre corrija todos los defectos visuales, por lo que algunos pacientes necesitan anteojos o lentes de contacto después de la operación.
Una catarata ocurre cuando la lente natural dentro del ojo se nubla e interfiere con la capacidad de la persona para ver. Cuando un médico realiza una cirugía de cataratas, retira la lente natural y la reemplaza por una lente de plástico transparente. Estas lentes intraoculares vienen en varios tipos, incluyendo lentes básicas, que no corrigen ningún defecto visual, y lentes monofocales, que corrigen la visión de cerca o de lejos. Los médicos a menudo insertan una lente de visión a distancia en el ojo dominante y una lente de visión cercana en el ojo no dominante para proporcionar la mejor agudeza visual postoperatoria. Sin embargo, esta estrategia no funciona para todos, y muchos pacientes todavía necesitan anteojos o lentes de contacto para realizar algunas tareas.
Lentes premium, como lentes de acomodación y lentes refractivas multifocales, corrigen la visión de cerca, intermedia y de lejos. Sin embargo, estas lentes a menudo causan efectos no deseados, como disminución de la agudeza visual general, disminución de la visión nocturna y ver halos alrededor de las luces por la noche.
Los médicos eligen el mejor tipo de lente intraocular para cada paciente según una serie de factores, incluido el grado de miopía de la persona y si tiene un astigmatismo, que muchas lentes intraoculares no corrigen. El médico generalmente reevalúa la visión del paciente y prescribe lentes correctivos apropiados después de aproximadamente un mes.