El hábito de una monja por lo general incluye un casco que se compone de tres partes: una cofia, asegurada por un wimple, con un velo en la parte posterior. La túnica del hábito es lo suficientemente larga para llegar al suelo y tiene mangas largas.
La túnica está asegurada con un cinturón de lana, que sostiene un conjunto de cuentas de rosario. La monja generalmente lleva una cruz alrededor de su cuello y un anillo de plata en su mano izquierda para indicar que ha tomado votos perpetuos. Las monjas usualmente usan zapatos negros prácticos. Finalmente, el escapulario es el nombre del delantal que cubre tanto la parte posterior como la parte delantera del hábito. Los hábitos de las monjas varían según el orden religioso. Desde el Vaticano II, las monjas católicas ponen menos énfasis en la importancia de llevar un hábito.