La energía eléctrica en forma de electricidad se fabrica principalmente mediante el uso de generadores masivos equipados con turbinas. También se puede generar al transformar una forma de energía, que se almacena en ciertos materiales, en energía eléctrica. .
Un suministro constante de electricidad es esencial para respaldar el estilo de vida de las sociedades modernas y progresistas. Para atender esta creciente demanda de energía eléctrica, se establecieron varias centrales eléctricas para proporcionar electricidad al público en general.
Las centrales térmicas, como las de combustibles fósiles, generan electricidad al quemar grandes cantidades de combustible, como el carbón, el gas natural y el petróleo, para calentar el agua y producir vapor. El vapor hace girar la turbina, que a su vez hace girar los potentes imanes que están conectados a un generador. El movimiento giratorio de los imanes induce una corriente eléctrica que viaja alrededor de bobinas pesadas de alambre, que actúan como conductores. El principio detrás de este mecanismo es conocido como conducción electromagnética. Una vez que se genera la electricidad, se transmite a las líneas de cable de alto voltaje donde la electricidad viaja largas distancias para distribuirse a diferentes localidades y finalmente entregarse a los hogares.
Las plantas de energía nuclear, que funcionan de manera similar a las plantas de combustibles fósiles, producen calor a través de la fisión atómica en lugar de la combustión del combustible. Las plantas de generación cinética aprovechan la energía cinética del agua y el viento para hacer girar las turbinas y generar electricidad. Las células fotovoltaicas que almacenan energía solar pueden transformarse en electricidad. La energía química en las pilas de combustible y las baterías normales también se puede convertir en energía eléctrica al reaccionar sustancias químicas para inducir electricidad.