La mayoría de los pólipos se encuentran y se eliminan durante la sigmoidoscopia o el examen de colonoscopia, utilizando pinzas de biopsia o un lazo de alambre llamado lazo. Si el pólipo es más grande que 0.75 pulgadas, se puede inyectar un líquido debajo de él para Ayuda con su eliminación, explica la Clínica Mayo.
Algunos pólipos son demasiado grandes para ser removidos usando estos procedimientos y requieren ser removidos con cirugía mínimamente invasiva. En condiciones genéticas raras, como la FAP, el tratamiento es la extirpación del recto y el colon, según la Clínica Mayo.
Los pólipos tienen diferentes formas y riesgos de cáncer. Los pólipos adenomatosos pueden convertirse en cáncer de colon, especialmente si son más grandes que 0,4 pulgadas. Sin embargo, los pólipos hiperplásicos no tienen riesgo de convertirse en cáncer. Los pólipos sésiles, como los pólipos adenomatosos, también pueden convertirse en cáncer, explica WebMD.
Después de su extracción, los pólipos son examinados por un patólogo bajo un microscopio. Esto se hace para determinar el tipo de pólipo que tiene un paciente y si es maligno o no, explica la Clínica Mayo.
La frecuencia de la evaluación de seguimiento depende del informe de patología, el tamaño del pólipo o pólipos y su cantidad. Si solo se encuentran uno o dos pólipos adenomatosos pequeños en la colonoscopia, las recomendaciones son tener otro en cinco años. Si se encuentran más de dos adenomas, o si un adenoma es más grande que 0,4 pulgadas, las recomendaciones son realizar otra prueba de detección en tres años, explica la Clínica Mayo.
Un hallazgo de más de 10 adenomas requiere otra detección dentro de tres años. Para los pacientes que tienen un adenoma muy grande, o uno que se extirpó en pedazos, se recomienda un examen de seguimiento dentro de los seis meses, de acuerdo con la Clínica Mayo.