Las serpientes se comunican entre sí utilizando su sistema vomeronasal bien desarrollado para recopilar las señales químicas que emiten las otras serpientes. También dejan sustancias químicas llamadas feromonas para compartir información sobre ellos mismos.
Como animales solitarios, las serpientes rara vez se comunican entre sí. Se comunican principalmente para encontrar, asegurar y defender parejas reproductoras. Las serpientes no son capaces de escuchar claramente los sonidos en el aire. Usan sus sentidos del gusto y el olfato para analizar señales químicas en los alrededores. Su sistema vomeronasal les permite comunicarse entre sí, encontrar presas y oler a los depredadores cercanos.
El componente central de su sistema vomeronasal se llama el órgano de Jacobson, que se encuentra dentro de la boca. Tiene dos aberturas que reciben productos químicos, lo que permite a las serpientes oler el ambiente e identificar la ubicación de un olor. El órgano de Jacobson recolecta químicos de los alrededores cada vez que una serpiente mueve su lengua.
Las serpientes también recolectan feromonas para determinar la edad, el género y el estado reproductivo de otras serpientes. Además, algunas serpientes macho expresan su dominio luchando contra otros machos, particularmente durante la época de reproducción cuando las hembras están cerca. Los machos comunican su dominio manteniendo una posición física más alta que un rival, empujando la cabeza del adversario al suelo o mordiendo.
Por otra parte, las serpientes exhiben comunicación táctil por espasmos o sacudidas. Estos movimientos les ayudan a determinar si una serpiente hembra los aprueba. Las serpientes hembras a veces levantan o agitan su cola para mostrar su aprobación.