Los elefantes tienen características estructurales especiales, como colmillos, troncos, dientes, orejas y tamaño, que les ayudan a adaptarse y sobrevivir en sus hábitats. El tamaño de un elefante puede ayudar a disuadir a los depredadores, y los colmillos pueden ser usado para defensa y desenterrar raíces fuera del suelo.
De manera similar, los elefantes tienen cuellos cortos y usan sus troncos alargados para múltiples propósitos, como alcanzar la vegetación o los alimentos que se encuentran al nivel del suelo o en lo alto de un árbol, y rociar agua sobre su piel. Los elefantes también usan sus troncos para oler y colocar comida en la boca. Los elefantes son herbívoros y sus cuatro dientes grandes son características especiales que les ayudan a moler y masticar las enormes cantidades de alimentos que consumen todos los días. Sus orejas grandes funcionan para refrescarse en ambientes cálidos.
Según las especies de elefantes, pueden vivir en sabanas, bosques tropicales y bosques. Los dos tipos principales de elefantes son los elefantes africanos y asiáticos.