Los gatos escuchan de la misma manera que los humanos, procesando los sonidos a través de sus canales auditivos. Sus oídos son mucho más sensibles que los humanos y la mayoría de los animales.
La oreja de gato está diseñada para escuchar una multitud de sonidos. Debido al diseño abierto y la capacidad de moverlos casi 180 grados, un gato tiene una capacidad superior para escuchar sonidos, incluso aquellos que están bastante lejos. Por ejemplo, un gato puede escuchar el ruido de un ratón en un cepillo a unos 30 pies de distancia.
El rango de audición de un gato es de 45 a 64,000 en hercios, comparado con el rango de audición de un humano de 64 a 23,000. La diferencia significativa en ambos extremos del espectro significa que pueden escuchar sonidos que el oído humano no puede detectar.