Los hámsters pueden nadar, pero corren el riesgo de ahogarse o contraer neumonía al hacerlo. Los hámsters no deben bañarse a menos que estén muy sucios o pegajosos, ya que son susceptibles de enfriamiento y cambios extremos de temperatura.
Los hámsters se limpian regularmente, por lo que los propietarios deben simplemente quitar la ropa de cama sucia y el exceso de comida a menudo para mantener los hábitats limpios y reducir los olores. Usar una botella de agua en lugar de un recipiente de agua también ayuda a mantener la limpieza.
Cuando no comen, duermen o se limpian solos, a los hámsters les gusta jugar con ruedas y pelotas de ejercicios, así como enterrarse en su ropa de cama o sustrato para esconderse o dormir.