Las arqueobacterias obtienen alimentos al absorber recursos en el medio ambiente como precursores de varios procesos de conversión de energía. El tipo de recursos que absorben las arquebacterias depende del tipo de arcaebacterias. Cada tipo de archaebacteria tiene un método específico para convertir los recursos en energía, así como residir en diferentes hábitats.
Las archaebacterias generalmente absorben y convierten los recursos en energía, pero algunos tipos pueden crear su propio alimento. Aquellos que hacen su propio alimento no usan la fotosíntesis como lo hacen las plantas, sino que usan otros métodos para convertir la luz solar en energía. El dióxido de carbono, el hidrógeno, el azufre o el amoníaco son ejemplos de recursos que las arqueobacterias absorben para adquirir alimentos.
Las archaebacterias no son en realidad bacterias, sino que pertenecen a un dominio separado llamado Archaea. Hay muchos tipos diferentes de archaebacterias, pero sus características varían. Las archaebacterias son organismos unicelulares que carecen de núcleos y orgánulos.
Las archaebacterias son capaces de soportar condiciones extremas, como temperaturas muy altas o bajas y hábitats extremadamente ácidos o salados. Pueden residir en ambientes como respiraderos hidrotermales, aguas sulfúricas, aguas árticas o arroyos ácidos. Estos organismos poseen moléculas y enzimas protectoras para sobrevivir en condiciones extremas, pero también pueden vivir en condiciones más suaves, como en el cuerpo humano o en el océano abierto.