Un termómetro de líquido funciona utilizando la expansión térmica de un líquido dentro de un tubo capilar para medir la temperatura. La precisión de este método varía según el líquido utilizado, pero todos usan el hecho de que cuando la mayoría de los líquidos Se calientan, se expanden. Los tipos comunes de termómetros líquidos utilizan mercurio, tolueno o líquidos biodegradables menos tóxicos.
La expansión térmica de los líquidos en temperaturas normales es generalmente leve, pero es completamente suficiente para los termómetros líquidos. Normalmente el líquido se almacena en una bombilla en la parte inferior del termómetro, pero esta bombilla es muy ancha en comparación con el tubo capilar, que es lo suficientemente delgada como para que cualquier expansión en el volumen cause una diferencia significativa en la altura del líquido.
Los termómetros líquidos deben calibrarse cuidadosamente para mostrar la temperatura correcta. Cada líquido utilizado tiene una tasa diferente de expansión térmica. Además, el líquido se comporta de manera diferente según el nivel de inmersión, por lo que cualquier termómetro de líquido solo se calibra correctamente para un cierto nivel. Una mayor o menor inmersión en la sustancia que se mide produce un error.
El termómetro de líquido es un mecanismo muy simple que requiere que solo el ojo humano lo lea, por lo que ve un uso generalizado. Son más precisos que muchos otros tipos de termómetros de uso común, aunque tienden a ser menos convenientes para muchas aplicaciones.