Los motores de gasolina aprovechan la energía generada por la gasolina en el núcleo de un motor de automóvil para impulsar el vehículo. La gasolina es un combustible de alta energía que libera grandes cantidades de energía cuando se enciende en un motor de combustión interna.
Los autos utilizan un ciclo de combustión de cuatro tiempos, o ciclo Otto, para convertir la gasolina en energía cinética. Las cuatro carreras incluyen la carrera de admisión, la carrera de compresión, la carrera de combustión y la carrera de escape. La carrera de admisión inicia el proceso de combustión al permitir que el motor ingrese un cilindro lleno de aire y gasolina. Después de este proceso, el aire se comprime a través del movimiento de los pistones en el motor. Tras la compresión, una bujía emite una chispa para encender la gasolina y causa una explosión controlada en el cilindro. La explosión resultante hace que el pistón se mueva hacia abajo, lo que hace que la válvula de escape se abra y libere el escape del tubo de escape.
La gasolina, también conocida como "petróleo crudo", consiste en átomos de carbono e hidrógeno que se separan cuando se queman. El proceso de combustión en un motor de gasolina ocurre cuando el carbono y el hidrógeno se combinan con el oxígeno del aire para producir dióxido de carbono, gas y agua. Aunque el motor de gasolina revolucionó el transporte vehicular, los expertos afirman que es la causa de la contaminación y el calentamiento global. Como resultado, los autos híbridos que usan una combinación de electricidad y gasolina se están volviendo cada vez más populares entre los conductores preocupados por el medio ambiente.