Científicamente hablando, los sonidos son vibraciones que se propagan como una onda mecánica audible a través de un medio de aire o agua. Los órganos auditivos son estimulados por las vibraciones.
El sonido, que es el movimiento del aire, viaja en ondas. Todos los sonidos se pueden reducir o crear a partir de una onda singular. Cuando escuchas sonidos, partes del oído humano vibran. Cuando se habla, una voz hace que el aire a su alrededor se desplace, lo que hace que las piezas del oído vibren en consecuencia.
Los micrófonos funcionan de manera similar. Después de que el sonido se emite a través del diafragma, comienza a vibrar y se convierte en una señal. Por otro lado, cuando alguien recibe una señal, hace que las piezas del altavoz fluctúen hacia adelante y hacia atrás, lo que hace que el aire a su alrededor viaje. Esto es para garantizar que el sonido se escuche de la manera más eficiente posible.
En muchos sentidos, el sonido es muy parecido a la luz. Ambos emergen de una fuente segura. Sin embargo, mientras que la luz puede viajar a través de un vacío, el sonido no puede hacer lo mismo. Requiere un medio para maniobrar, como vidrio, metal, agua o aire. Las ondas de sonido tienden a perder energía cinética a medida que viajan, lo que explica por qué una persona no puede escuchar las cosas también cuando se originan a distancia.