La evaluación de un ganglio linfático cervical inflamado y aislado consiste en examinar sus características, los factores de riesgo del paciente y la presencia de otros síntomas clínicos, según K. M. Green Lerberg et al. en un artículo de 2007 en The Journal of Family Practice. Las características del nodo incluyen drenaje, tamaño, movilidad y si el nodo es duro o blando.
Cuando los síntomas, como la fiebre, están presentes con un ganglio linfático cervical inflamado, un médico le receta un antibiótico y lo reevalúa unas semanas después. Si el nodo persiste después de que desaparece la infección, el médico puede sospechar que la inflamación se debe a una reacción inflamatoria y solicitar una prueba cutánea de tuberculina para asegurarse de que la inflamación no se debe a la tuberculosis, afirma K. M. Green Lerberg et al.
Otras causas infecciosas de ganglios linfáticos inflamados incluyen infecciones respiratorias superiores. En estos casos, el paciente tiene poca o ninguna sensibilidad en los nódulos y la presencia de secreción nasal, tos y dolor de garganta. También se sabe que las infecciones dentales causan linfadenopatía en el lado donde se realizó el trabajo dental. La mononucleosis infecciosa es una causa frecuente de inflamación de los ganglios linfáticos, no solo en el cuello, sino también en la axila y la ingle, señala The Merck Manual Home Edition.
K. M. Green Lerberg et al. explica que algunos profesionales recomiendan observar nodos tan pequeños como de 2 a 3 centímetros de diámetro en pacientes sin síntomas de infección. Los nodos aislados que miden más de 4 centímetros suelen realizarse una biopsia, especialmente si están inmóviles y fijados a las estructuras circundantes.