Durante la época colonial en Nueva York, la gente caminaba, montaba a caballo o usaba diligencias para viajes terrestres, pero viajar en barco era mucho más rápido, especialmente para los comerciantes que transportaban productos pesados como grano. Algunas carreteras en Nueva York y otras ciudades estaban pavimentadas con adoquines, pero muchas eran tierra o grava.
A principios de la década de 1700, el gobernador colonial de Nueva York, Robert Hunter, tenía muchas colinas aplanadas para facilitar el andar y la conducción. También alineó muchas calles de la ciudad con árboles. Sin embargo, el canal de Erie y los ferrocarriles no se construyeron hasta el siglo XIX. Los puentes eran raros, por lo que las personas cruzaban ríos y arroyos nadando o vadeando. Se utilizaron balsas para transportar diligencias a través de cuerpos de agua.