¿Cómo el sistema circulatorio mantiene la homeostasis?

El sistema circulatorio mantiene la homeostasis por el flujo continuo y controlado de sangre que llega a cada célula del cuerpo. Los mecanismos dentro del sistema circulatorio aseguran que cada célula mantenga un ambiente interno constante.

La circulación de la sangre es vital para mantener la homeostasis, que es la regulación de las condiciones internas del cuerpo, como se describe en la Enciclopedia de la Ciencia del científico David Darling. La sangre transporta los alimentos a las células y elimina los productos de desecho.

El sistema circulatorio comprende el corazón, las venas, los capilares y las arterias. El sistema mueve la sangre oxigenada de forma continua y controlada desde los pulmones y el corazón para que la sangre llegue a cada célula. La sangre viaja a través de una red de vasos que incluyen capilares que impregnan cada tejido del cuerpo. Una vez agotado el oxígeno, la sangre regresa a los pulmones y al corazón.

Para mantener la homeostasis, el sistema circulatorio suministra oxígeno y nutrientes a la sangre para que puedan pasar a los líquidos que rodean las células. Hay mecanismos de control dentro del sistema para asegurar que áreas específicas del cuerpo reciban un suministro de sangre de acuerdo con sus necesidades para que puedan mantener su equilibrio interno. El sistema circulatorio también facilita la eliminación de productos de desecho, llevándolos en plasma.